En esta llamada generación de "Millenials", a la cual pertenezco, hay un grupo de personas con unas costumbres muy particulares que rechazo. Son aquellas personas, de esta generación, que no tienen sentido de responsabilidad, que no tienen ese ímpetu de luchar por más, y luego se quejan que las cosas no le salen como quieren. Para propósitos de este blog, los llamaré los desentendidos. Que conste, esto es basado en lo que observo día a día, y es sólo mi interpretación personal.
Los desentendidos vagan por el mundo si razón de ser, sin saber quiénes son, pero sin esforzarse a saberlo.
Los desentendidos son esas personas a las que ves continuamente escribiendo en su "wall" de Facebook que no tienen dinero, que no tienen suerte, que otros no merecen lo que tienen, que quieren esto o lo otro, quejándose de sus trabajos. Nunca sus posts son de sus metas o logros, o lo duro que luchan para tener lo que quieren. Y no creo que tenga nada que ver con su background familiar; he visto a desentendidos que crecieron en cuna de oro, así como otros que vienen de familia humilde. Todo es una queja, todo está mal, todo, menos ellos y ellas. Porque ellos y ellas merecen más de lo que tienen. Es como si en sus mentes no cupiera hacer un ejercicio de autoevaluación, para trazar su sitación actual, y partir de ahí a los planes futuros. Son incapaces de entender que aquellos a quiénes critican, porque tienen más, lucharon para tenerlo. Sí, hay dos o tres que tienen sin ganárselo, pero esos son los menos. Los más, de alguna manera u otra, han sudado para tener lo que tienen, incluyendo sacrificar a la familia, estar lejos de su tierra, errar en algunas en decisiones y tener el retorno a la inversión de algunos riesgos. Algunos han terminado sus estudios, otros han comenzado desde abajo en sus trabajos, ascendiendo lentamente hasta llegar a donde están, pero lo han sufrido, lo han sudado y lo han ganado; los desentendidos, no.
Los desentendidos utilizan maneras de manipulación teniendo como presa a las mentes débiles que le comen el cuento. Juegan el papel de víctimas, para que otros los añoñen con el "ay bendito". Se disfrazan de personas buenas, inteligentes y empáticas, que tienen mucho en común contigo. Escogen cuidadosamente los momentos para compartir contigo, ya que sólo son aquéllos a los cuales pueden sacarle algo. Cuando están en tu círculo de personas cercanas, se aprovechan, piden y reciben, y en sus mentes esto les pertence, porque tu eres su familia, o amistad y para eso es que tú lo eres. Sólo se comunican contigo cuando necesitan algo, pero si tu necesitas algo, no cuentes con ellos. Toman decisiones sin medir las consecuencias y sin tomar responsabilidad, sin un plan. Prefieren comprarse ese regalito que tanto les gusta, sin importar que hay cuentas que pagar, que necesitan comer, pero no importa, porque siempre hay una mente débil que les provee. Se aferran como vampiros hasta que pasa una de dos cosas: la víctima se percata del juego y se aleja, o la víctima cae en la misma mentalidad contaminada y continuan juntos en un ciclo de codependencia.
Los desentendidos, en su ambiente de trabajo, buscan las manera de echarle la culpa de su ineficiencia al de al lado, o inclusive a su superior. Se aferra de lo que sea para victimizarse, y tratar de demostrar que su desempeño es reflejo de falta de herramientas; cuando en realidad es que no le da la gana de utilizar las que tiene. Son aquellas personas, las que llegan a su trabajo a duras penas, arrastrando los pies, los que llegan tarde, los que faltan, los que buscan cualquier excusa para hacer lo mínimo requerido. No muestrasn orgullo en lo que hacen, no son agradecidos por las oportunidades que se les dan. Se quedan en ese limbo de mediocridad, que los consume y los entierra en ese pensar de que merecen más, sin ganárselo.
Cuando tratas de hacerle entender, a un desentendido, que necesita un plan, cae nuevamente en el papel de que son víctimas y tú eres malo porque no entiendes su situación, porque ellos piensan que
esa es su realidad, y todo fuera de eso no existe. Y cuando saben que ya no les juegas el papel de
dador alegre, te desechan para buscar a la próxima víctima.
Y a este punto estarás pensando que esto es una crítica vacía que no provee solución. Pero te pregunto, ¿cómo se le hace entender a alguien que no quiere hacerlo? Puedes aconsejar una y otra vez, pero al igual que los adictos, un desentendido tiene que decidir por sí mismo dejar sus juegos atrás. Tal vez tenga que tocar fondo antes de que abra los ojos, tal vez tenga que perderlo todo y a todos para encontrase, tal vez tenga que chocarse de frente con su reflejo para observar quién es.
En fin, un desentendido sólo puede dejar de serlo, cuando decida entender que es un desentendido.