viernes, 8 de febrero de 2013

Mientras... espero

Eso apareció en el viejo armario de mi blog de Myspace....   Es uno de mis blogs favoritos, cuando lo escribí pude plasmar en cada palabra lo que sentía en ese momento.  Lo leo nuevamente en voz alta y es como si pudiera saborear nuevamente la amargura y el dolor con el cual lo escribí .  Esto fue escrito en Abril 11, de 2008, hace casi 5 años atrás, mientras estaba sola es Estados Unidos, cuando rompí con mi pareja de aquel entonces. Le hice unos cambios y correcciones y aquí les va:

Mientras... espero.   Abril 11, 2008

Si escribiera hoy sobre mi vida, las palabras más tristes crucificarían aquellas letras que intentasen describir el dolor que siento.  Si me decidiera a expresar, aunque fuera con suspiros mis sentimientos, el temor de hacerlo, matarían los mismos antes de que salieran de mis pulmones.  Si me detuviera a pensar porque estoy aquí, los malos recuerdos inundarían mis ojos de lágrimas.  Pero cuando me pregunto por qué te amé, aunque no tenga sentido, sí tengo una contestación: enredada en tus palabras de viento, en la música que producían tus labios, en la ternura áspera de tus dedos, me dejé vencer, me dejé cegar.  Envuelta en tu aniñado ser, en tus fantasías con sentido, en tus caricias constantes, y en ese aire de obligaciones sin cumplir y libre de preocupaciones, me sentí segura... por un tiempo.  Hasta que un golpe me hizo ver la realidad y me hizo entender que no todo es una ilusión, que hay mucho que hacer más allá de nuestro amor, y que antes de amarte a ti, tenía que aprender a hacer lo mismo conmigo.  Aunque quisiera entender qué fue lo que no funcionó, aunque quisiera arañar el aire para obtener una respuesta, aunque quisiera sentirme culpable por lo sucedido, no puedo.  Y aunque pudiera darle vuelta al tiempo, y cambiase nuestro escenario, nuestro guión, aun así sería lo mismo; siempre terminaría contigo y nunca seguiría nuestra escena, porque así lo ha planificado nuestro director, el Señor Destino.  Pero sí hay algo que puedo hacer, que a la vez es no hacer nada...esperar.  Si en las próximas páginas de nuestro guión nos encontramos, cuando nuestros personajes hayan sufrido una transición, y aún el vernos a los ojos permite que el tiempo se detenga a nuestro alrededor, entonces te diré que te amo y que esta vez seguiré siendo solo tuya para siempre.  Pero, mientras... espero...

xoxo
-S.Mateo

jueves, 7 de febrero de 2013

En suspenso

Llega un momento en nuestras vidas que nos hacemos ciertas preguntas.  Y tal vez no queremos enfrentar las respuestas que ya sabemos.  Y el suspenso de enfrentar las respuestas es peor aún, cuando las respuestas las esperas de otra persona...



En estos días que estado sola en mi casa, ya que mi jefe fue tan gentil de darme el fin de semana libre (cosa que no pasa muy frecuentemente), me he puesto a meditar sobre cosas de la vida, dónde estoy, hacia dónde voy.  Miro hacia atrás y noto que la vida es un tren que no tiene paradas y que en un abrir y cerrar de ojos estoy aquí, que todos se mueven en direcciones diferentes, todos cambian y yo sigo aquí, en este viaje sin destino. 
Aún recuerdo haberme graduado de la escuela superior como si fuera ayer.  Siempre quise acelerar las cosas, siempre fui más madura que mi edad cuando pequeña, y no podía esperar a crecer.  De hecho, sigue siendo así en mi vida profesional.  Mi jefe siempre bromea que yo soy otra cosa, que no pueden comparar a otras compañeras de mi edad conmigo, porque yo he tenido otras vivencias y soy más madura.  Pero cuando me detengo a pensar en esas palabras, me pregunto: ¿qué he hecho diferente yo?  Es cierto que viví sola en Estados Unidos, que siempre fui mas independiente, que siempre fui más responsable (luego de la fase loca de la universidad), y aparentemente muy valiente y he llegado mucho más lejos que otras personas, trabajando arduamente, pero nada más especial, nada más fuera de lo común.
Últimamente siento como un vacío, como si algo faltara.  Como cuando uno va al trabajo y estás en el carro y sientes que algo se te quedó, pero ignoras ese pensamiento, y cuando llegas a tu trabajo, te percatas que se te quedó el celular, o las llaves, o el reporte que tenías que entregar.  O como cuando no puedes dormir durante la noche porque se te olvidó terminar algo en el trabajo, o pagar una factura,  o hacer una cita importante.  Y le doy vueltas en mi cabeza al asunto, una y otra vez.  Una parte de mi mente trata de desviar mis pensamiento a otra cosa, para tratar de protegerme, pero otra parte me grita las preguntas a las cuales le tengo tanto temor.
Y peor aún cuando llego a tratar de enfrentar las respuestas de mis preguntas, mi mente completa se esconde como una niña temerosa debajo de la cama.  Ni siquiera me atrevo a hacer esas preguntas directas a esa otra persona.  Es como si le tuviera miedo al mismo suspenso entre el hacer la pregunta y recibir la contestación.  Es como si temiera el suspenso de una evasiva pregunta disfrazada de respuesta.  Y el significado que eso pueda tener...
Y lo peor de todo, cuando al fin tengo la valentía de hacer esa pregunta, el suspenso se vuelve terror, al obtener una respuesta que ya sabía: seguiré en el tren sin parada por un tiempo indefinido,  mientras todos continúan moviéndose alrededor...
Y yo... yo sí quiero moverme, como todos ellos, sí...


XOXO
-S.Mateo